En 1934, un grupo de intelectuales, eruditos, funcionarios, científicos y estudiosos se reunieron en la Biblioteca de Menéndez Pelayo, de Santander, para crear el patronato generador del Centro de Estudios Montañeses; la institución nacería poco después, el mismo año 1934. La pronta llegada del levantamiento militar que inició la Guerra Civil Española (1936-1939) no permitió una actividad muy fructífera en la joven organización, retomándose ésta tras la conclusión del conflicto bélico.
En los primeron años de la postguerra española, dados la exhaustiva criba de personas no adeptas al Régimen y el férreo aparato administrativo de Censura y Propaganda establecidos por los nacionales, no se daban condiciones sociales ni políticas que permitiesen manifestaciones culturales o científicas al margen de las impuestas por la oficialidad emanada de la victoria bélica, que en la practica, dejaba sin derechos civiles a un sector considerable de la ciudadanía. A pesar de tan penosas circunstancias, la labor cultural sostenida por el Centro de Estudios Montañeses en el período de postguerra fue relevante y pueden calificarse de memorables sus logros en la conservación del patrimonio cultural de Cantabria.
El Centro de Estudios Montañeses asumió un papel preeminente en el desarrollo, diseño y tutela de un amplio conjunto de actividades relacionadas con la Historia, la cultura y el patrimonio, entre ellas las arqueológicas, y sus implicaciones propagandísticas, turísticas y económicas, actuando además de entidad asesora directa de la Presidencia de Diputación. Estaba formado en esos años por el grupo nuclear constituido por Tomás Maza Solano, Fernando Barreda, Fermín de Sojo y Lomba…, todo un equipo de ilustres trabajadores de la historia regional y algunos funcionarios eruditos de la Diputación y el Ayuntamiento de Santander.
La periodicidad semanal con que a partir de marzo de 1940 tienen lugar las sesiones de trabajo, recogidas en los libros de Actas del Centro de Estudios Montañeses, nos permite ver nacer y evolucionar los proyectos y procesos relacionados con la cultura y el patrimonio.
Estas circunstancias otorgan un especial realce historiográfico a las actas del Centro de Estudios Montañeses para explicar procesos administrativos y protagonismos personales en la creación de instituciones, habilitación de instalaciones o estudios históricos, arqueológicos y culturales, algunas veces desglosados en sus páginas con matices mínimos, desde el año 1939 hasta los inicios de la década de 1950.
No ha sido posible localizar el primer Libro de Actas correspondiente a los años que median entre 1934, año de creación del Centro de Estudios Montañeses y el final de la Guerra Civil en 1939, libro tal vez perdido definitivamente.
Se conservan, sin embargo, los otros tres tomos, abarcando el segundo desde el 11 de agosto de 1939 hasta el 28 de diciembre de 1946; el tercer libro cubre el período de 4 de enero de 1947 a 28 de abril de 1951; de 4 de noviembre de 1971 a 2 de diciembre de 1985, ya en pleno período de democracia. El cuarto libro, cubre desde esta citada fecha hasta primeros de los años 90. A partir de la conclusión de este último volumen las actas dejaron de plasmarse en libro, quedando recogidas en documentos sueltos.
El C.E.M desarrolló y centró una serie de proyectos que vemos avanzados o concluidos, tras medio siglo de trabajos adicionales. Podemos mencionar su importante papel en desarrollos museográficos, entre los principales, el lanzamiento del Museo de Prehistoria, la decantación de un Museo Municipal con vocación decimonónica de gabinete multidisciplinar hacia las Bellas Artes, la creación del que finalmente sería el Museo Etnográfico de Cantabria, la del Museo del Mar, embrión del actual Museo Marítimo, la generación del Archivo Histórico Provincial, el estudio global de la heráldica y la arquitectura montañesa, la recopilación y realización de colecciones fotográficas sistemáticas sobre patrimonio, entre las que destaca el denominado «Archivo de Arte Montañés», etc. Una parte considerable de las líneas de trabajo enumeradas se vienen manteniendo hasta el presente, proyectando hacia el futuro el meritorio espíritu aglutinado por los fundadores en el ya lejano año 1934.
NOMBRAMIENTOS Y DISTINCIONES DEL CEM
-Es Cronista Oficial de la Provincia (hoy región) de Cantabria desde el 11 de Diciembre de 1934, por acuerdo de la Diputación Provincial de Santander, en la actualidad transformada en Gobierno de Cantabria.
-Es miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) desde el 6 de Mayo de 1946, integrándose entre esa fecha y Diciembre de 1977 en el extinguido Patronato José Mª Quadrado.
-Fue galardonado por el Patronato del Premio Virgen del Carmen en 16 de Julio de 1948.
-Es miembro decano y fundador de la Institución Cultural de Cantabria, constituida en 31 de Octubre de 1967 y desaparecida en 2012.
-Es miembro fundador de la Confederación Española de Centros de Estudios Locales (CECEL), creada en 28 de Abril de 1981.
-Es Institución Consultiva para la Historia y el Patrimonio de Cantabria por acuerdo del Consejo de Gobierno de la Diputación Regional de 29 de Agosto de 1990, siendo preceptivo solicitar su informe ante las incoaciones de «Bienes Inventariados», «Bienes de Interés Local» (BIL), «Bienes de Interés Cultural» (BIC), «Conjuntos Monumentales» y «Áreas de Protección» de dichos elementos patrimoniales.
-Es Socio de Honor de la Casa de Cantabria en Madrid desde el 20 de Mayo de 1994.
-Es Asesor Heráldico o Rey de Armas de los Ayuntamientos de la Región por resolución del Consejo de Gobierno de la Diputación Regional de 2 de Marzo de 1995, habiendo elaborado las banderas y escudos de la mayor parte de los municipios de Cantabria.
-Es Miembro del Claustro de Profesores Honorarios del Colegio Público José Luis Hidalgo de Torrelavega desde el 6 de Febrero de 2009.
-Recibió el Premio Faro Turístico de la Asociación Profesional de Guías Oficiales de Turismo de Cantabria el 22 de Marzo de 2013.
-Recibió la Medalla de Honor de la Hermandad de la Virgen del Mar el 25 de Mayo de 2015.
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La entidad se enmarca legalmente en la Ley Orgánica 1/2002 de 22 de marzo reguladora del Derecho de Asociación, Real Decreto 1388/1996 de 7 de junio, sobre traspaso en materia de Asociaciones a la Comunidad Autónoma de Cantabria y Decreto 73/1997, de 7 de julio, por el que se crea y regula el Registro de Asociaciones de Cantabria.
Su funcionamiento se rige por las disposiciones estatutarias aprobadas en Junta General el 25 de abril del año 2017 y por la reglamentación adicional de régimen interno.
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